sábado, 3 de agosto de 2013

Perla -Final-

                                          PERLA

                                                                                           Parte 2




No hace falta decir que si tuvo que romper con Nicholas. Fue el día más doloroso y horrible de toda su vida. Y sin duda este se estaba acercando. Ya iban por la mitad del camino y su padre se veía impaciente. A ella no le importaba. No iba a caminar rápido. Quería devolverse, en realidad, y salir corriendo de allí. Quería irse, desaparecer…
Y entonces su mirada se posó con los ojos pardos de Joseph y otro recuerdo llegó a su mente.


Cuatro meses habían pasado ya desde que había terminado con Nicholas No lo había vueltodesde entonces. Era demasiado doloroso como para soportarlo. Y a pesar de que él trabajaba en la empresa, se las arreglaba para nunca toparse con él.
Desde aquel día, su vida había cambiado completa y totalmente. Ya no sonreía. Por lo general, ella siempre llevaba la alegría y diversión a la aburrida empresa. Pero ahora… difícilmente socializaba con la gente.
“¿Qué te pasó, Perla?” le preguntó Lucia, la secretaria de su padre una vez al encontrarla llorando en el baño luego de una discusión sobre el tema del matrimonio.
Perla era como todos la llamaban en ese lugar, o solían hacerlo. Luego de que termino con Nick en enero, nada fue igual.
Joseph la trataba como una esclava. ¿Quién diría que parecía simpatiquísimo cuando lo conoció? Al frente de todos, ella se veía obligada a actuar. Hacerlo enojar podría enviar a Nicholas a la cárcel y eso era algo que ella quería evitar a toda costa.
Pero cuando estaban solos, el la trataba como un trapo sucio. En otras circunstancias ella habría peleado, peo ya ni le importa. No hablaba. No sonreía. Ni siquiera parecía estar viva. Pero Miley estaba lejos de interesarse por eso.







Parpadeó para deshacer las lágrimas que amenazaban con salir. Vamos, sé fuerte. Eres fuerte. Por Nicholas.


“Te trata como si fueses un pañuelo sucio, Miley. No, no… ¿Cómo lo dejas?”.
Nicholas y ella estaban encerrados en un armario en el sótano del almacén. Ella nunca espero encontrarlo allí, pero se había llevado una sorpresa.
Aquel día se habían cumplido cuatro meses y medio sin verlo. Sin oír su voz.
“No tengo mas remedio, Nicholas” respondió en un susurro casi inaudible.
Aun no podía creer que el estaba enfrente suyo.
“¿Por qué? ¿Por qué, Miley? Y esta vez quiero la verdad. Sé que no me dijiste todo aquel día” Nicholas la miró serio y ella supo que le iba a decir. El tenía derecho a saber la verdad, después de todo.
“Yo…”
“Pensé que no eras igual que ellos. Que no te importaba el dinero” le escupió enojado.
Miley lo miró sorprendida y dolida.
“No me importa, Nicholas. No me importa si soy pobre, si tú eres rico. No me interesa nada de eso” gritó sin importarle que pudieran oírlos. Y las lágrimas empezaron a correr por su rostro.
“¿Y entonces  por qué, eh? ¿Por qué-”
“Por ti” le interrumpió.
Nicholas se calló y frunció el ceño, confundido.
“¿Yo? ¿Qué tengo que ver yo?” Preguntó sin entender nada.
“Todo. Me obligaron a aceptar. No fue mi decisión” dijo ella con la voz rota.
“Pero, pero…¿Yo? ¿Es porque soy po-”
“Porque amenazaron con que te meterían preso porque aun no eres ciudadano, y por lo tanto estas ilegalmente aquí”.
La cara de Nicholas se desformó. No creía lo que había escuchado.
“No sé cómo se enteraron, pero lo harán si no hago lo que dicen. Traté de hacerlo todo, pero no pude. Cancelaron mis tarjetas, mi cuenta. Todo. Solo si me caso con Joseph te dejarán en paz”.
Nicholas hizo una mueca al oír aquella palabra. Aun le costaba asimilar que la mujer que amaba se iba a casar con otro hombre.


Volvió a parpadear y se giró hacia Joseph al mismo tiempo que los anillos les eran entregados. No lo miró. No miró al padre. Ni al público. Estaba segura de que empezaría a llorar si lo hacia. El sacerdote continuo hablando, aunque ella no escuchaba ninguna de las palabras que el decía.

O, she used to be a pearl
Yeah, she used to rule the world
Can't believe she made a shell of herself
Cause she used to be a pearl

“Joseph Jonas, ¿acepta Usted a Miley Scheijder, para cuidarla, para protegerla, amarla…”
Miley abrió  los ojos sorprendida.  ¿Ya había llegado a esa parte?
“O, no. Perdón… antes de eso,” hubo algunas risas y ella suspiró aliviada. “Si hay alguien que se oponga a esta boda, que hable ahora o calle para siempre”.

But there’s a way out, there’s a way out
There’s a way out, there’s a way out

Un silencio enorme se hizo en el lugar mientras Miley rezaba porque un milagro ocurriese. Que Nicholas entrara y se la llevase lejos de allí.
Pero nada pasó…
El padre tomó aire para continuar hablando y Miley bajo la mirada, con la esperanzas muertas. Pero antes de que dijese algo, la puerta se abrio de par en par al mismo tiempo que Nicholas entraba corriendo al salon.
“¡Alto!” gritó.
Miley alzo la mirada al oír esa voz. Su voz. Dejó caer el ramo de flores para levarse ambas manos a la boca, ahogando un grito de emoción. Era él. Nicholas.
Los ojos se volvieron a llenar de lágrimas y esta vez si las dejó salir, pues eran de felicidad.
Ambos comenzaron a caminar hacia el otro, añorando sentir sus cuerpos chocando, sus bocas juntas…
“Si te le acercas, llamaré a la policía” exclamó su madre haciendo que Nicholas y Miley se detuvieran.
“No. No puede y no lo hará. Desde ayer soy ciudadano Alemán oficial y ya no hay nada que pueda hacer para mantenerme lejos de Miley” dijo Nicholas al mismo tiempo que sacaba unos papeles de su bolsillo trasero.
Miley lo miró sorprendida y aun más feliz que antes. Dio un paso hacia el y alargó su brazo.
“Miley, si haces esto te arrepentirás. ¿Dejaras a Joseph así? Insistió esta vez su padre.
Ella, por primera vez en meses, sonrió. Tomó la mano de Nicholas y habló.
“De echo, no me arrepentiré padre. Amo a Nicholas  y eso no puedes cambiarlo” le dijo mirándolo y luego mirando a Nicholas.
“Y tú, Joseph” dijo volviéndose hacia el.
Lo miro con toda la rabia y odio que encontró. Este tenía la cara roja y los puños cerrados.
“Cariño, eres un marica” le dijo sonriente.
Varias personas ahogaron exclamaciones y ambos padres parecían que iban a explotar.

Nicholas, ya afuera del lugar, la abrazó y la besó como si fuese la última vez. Como si nunca se fuesen a separar…



Y si hay algo que aprendí ese día, es que nunca, nunca, nunca dejes que nadie te controle ni te cambie. Cada una de nosotras es una perla y nadie tiene el derecho de encerrarnos en una almeja y decirnos que no lo somos…


1 comentario:

  1. Maleeee estuvo gracioso, eso de "cariño, eres un marica" enserio me reí mucho.
    Y ya te seguia hace rato, solo que me queda un toque dificil comentar porque la mayor parte del tiempo ando desde el movil.
    Me gusto mucho y pronto tratare de subir de Irrompibles, si quieres me das ideas porque ando con el cerebro medio seco.
    Bye.
    xoxo

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