sábado, 10 de agosto de 2013

Love Letter

    






         Amanecí soñolienta y desconcertada un sobresalto me saco del sueño, la sensación de soledad me había despertado. Te busque en la oscuridad pero no te encontré, Comprobé la ausencia de tu cuerpo y con un gran vacío en el pecho tome el papel doblado que ocupaba tu puesto. Encendí la lámpara con mis manos temblorosas, El sobre decía al reverso.
“Una carta para ti, te doy la oportunidad de salir”


“Te sientes seguro sobresaltada, amor, ya sabes que lo mío no son las palabras, sabes que mis emociones no se dejan ver tan fácil pero esta vez tengo que mostrarte el camino correcto, tengo que ser fiel a mis sentimientos.


Te engañe en su momento con mentiras estúpidas, que aclarare ahora que tu esencia no noto presente. Puesto que en un cara a cara estoy seguro no podría abrirte mi alma ni por un solo segundo.
Recuerdas cuando nos vimos por primera vez? Se que pensaste que huía por no sentirme atraído por ti, pero solo fue por lo insignificante y poca cosa que me sentía para ti. Es que acoso no sabes lo hermosa que eres? Esos hermosos ojos azules y las mas hermosa risa que he visto en toda mi vida.
Recuerdas cuando hablamos por primera vez? Creíste que salí corriendo por no querer estar cerca de ti, pero solo fue por miedo a enamorarme más de ti.
 Recuerdas cuando te bese por primera vez? Me retire rápido de tus labios de miel, con el mayor y más devastador dolor en mi piel solo porque sabía que un segundo más y ya no podría aguantar ese pequeño roce para hacerte mía y devorarte como simple aprovechado y amor  mío, no merecías tal profanación y grosería.
Recuerdas cuando despertaste después de nuestra primera vez? Sentiste el dolor del abandono por mi parte, creyendo que lo nuestro había sido algo pasajero pero solo me fui por un simple hecho el de saber que si te volvía a consumir ya no podría vivir en el silencio de tus besos porque querría todo de ti, todo hasta el fin.
Recuerdas cuando te dije que mi accidente fue laboral? La rotura de mis nudillos aplastados contra la pared, una mano rota y desecha, palpitante de dolor producto de contemplarte llorando por la ventana de tu cuarto sufriendo por uno de  mis estúpidos comportamientos, siendo yo el culpable de tales lagrimas consumiéndome por dentro.
Recuerdas cuando salí corriendo al decirme que me amabas? Fue la oportunidad que te ofrecí, que te brinde para que tu vida no estuviese ligada al ser que fui, concediéndote una salida, una oportunidad para ser feliz con alguien que tenga sea más correcto para tu mundo, con alguien que no sea tan insignificante como yo lo fui.
Pero el monstruo, el ser irracional que habita en mi interior me grita incoherencias, me suplica clemencia, para que el egoísmo se aloje en mí y así tenerte para siempre bajo mi abrigo, hacerte mía de por vida, sin mirar nada, sin mirar mas allá.
Es acaso que no te mereces nada mejor que yo, amor? Me gustaría pensar que si, pero aquí, en estas últimas líneas te dejo mi corazón escrito, ya te lo entregue aquel día que sin saberlo mi vida fuiste mi única guía. 
Recuerda amor que estarás mejor sin mí, no me tengas compasión porque solo quiero que seas feliz con alguien que se asemeje más a ti y no con este pobre desdichado e infeliz en el que me convertí
  Me voy y te dejo para que vivas tu vida, una sin mi atormentada compañía.

Si no estás de acuerdo con mi decisión, si crees que mi ausencia te causara demasiado dolor, solo has de llamarme en voz alta y en tu puerta estaré reclamando tu perdón, tocando la puerta de tu corazón.

Te Amo, Miley.

 Atte: Nick.

Las lágrimas corrían por mis mejillas,  con un dolor en el corazón grite fuertemente tu nombre.


-          NICK! VEN CONMIGO MI AMOR!!

Alguien toco la puerta y corrí abrirla, eras tu con lagrimas en lo ojos.
-          Perdóname mi vida, Jamás me alejare de ti, tu lo has decidido..

-          No quiero te le alejes mi amor, nunca te vayas de mi.

-          Te prometo que no la hare.

Me arroje a tu brazo, ahí es donde pertenece mi alma, mi cuerpo, mi amor. A  ti te pertenezco.







:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

sábado, 3 de agosto de 2013

Perla -Final-

                                          PERLA

                                                                                           Parte 2




No hace falta decir que si tuvo que romper con Nicholas. Fue el día más doloroso y horrible de toda su vida. Y sin duda este se estaba acercando. Ya iban por la mitad del camino y su padre se veía impaciente. A ella no le importaba. No iba a caminar rápido. Quería devolverse, en realidad, y salir corriendo de allí. Quería irse, desaparecer…
Y entonces su mirada se posó con los ojos pardos de Joseph y otro recuerdo llegó a su mente.


Cuatro meses habían pasado ya desde que había terminado con Nicholas No lo había vueltodesde entonces. Era demasiado doloroso como para soportarlo. Y a pesar de que él trabajaba en la empresa, se las arreglaba para nunca toparse con él.
Desde aquel día, su vida había cambiado completa y totalmente. Ya no sonreía. Por lo general, ella siempre llevaba la alegría y diversión a la aburrida empresa. Pero ahora… difícilmente socializaba con la gente.
“¿Qué te pasó, Perla?” le preguntó Lucia, la secretaria de su padre una vez al encontrarla llorando en el baño luego de una discusión sobre el tema del matrimonio.
Perla era como todos la llamaban en ese lugar, o solían hacerlo. Luego de que termino con Nick en enero, nada fue igual.
Joseph la trataba como una esclava. ¿Quién diría que parecía simpatiquísimo cuando lo conoció? Al frente de todos, ella se veía obligada a actuar. Hacerlo enojar podría enviar a Nicholas a la cárcel y eso era algo que ella quería evitar a toda costa.
Pero cuando estaban solos, el la trataba como un trapo sucio. En otras circunstancias ella habría peleado, peo ya ni le importa. No hablaba. No sonreía. Ni siquiera parecía estar viva. Pero Miley estaba lejos de interesarse por eso.







Parpadeó para deshacer las lágrimas que amenazaban con salir. Vamos, sé fuerte. Eres fuerte. Por Nicholas.


“Te trata como si fueses un pañuelo sucio, Miley. No, no… ¿Cómo lo dejas?”.
Nicholas y ella estaban encerrados en un armario en el sótano del almacén. Ella nunca espero encontrarlo allí, pero se había llevado una sorpresa.
Aquel día se habían cumplido cuatro meses y medio sin verlo. Sin oír su voz.
“No tengo mas remedio, Nicholas” respondió en un susurro casi inaudible.
Aun no podía creer que el estaba enfrente suyo.
“¿Por qué? ¿Por qué, Miley? Y esta vez quiero la verdad. Sé que no me dijiste todo aquel día” Nicholas la miró serio y ella supo que le iba a decir. El tenía derecho a saber la verdad, después de todo.
“Yo…”
“Pensé que no eras igual que ellos. Que no te importaba el dinero” le escupió enojado.
Miley lo miró sorprendida y dolida.
“No me importa, Nicholas. No me importa si soy pobre, si tú eres rico. No me interesa nada de eso” gritó sin importarle que pudieran oírlos. Y las lágrimas empezaron a correr por su rostro.
“¿Y entonces  por qué, eh? ¿Por qué-”
“Por ti” le interrumpió.
Nicholas se calló y frunció el ceño, confundido.
“¿Yo? ¿Qué tengo que ver yo?” Preguntó sin entender nada.
“Todo. Me obligaron a aceptar. No fue mi decisión” dijo ella con la voz rota.
“Pero, pero…¿Yo? ¿Es porque soy po-”
“Porque amenazaron con que te meterían preso porque aun no eres ciudadano, y por lo tanto estas ilegalmente aquí”.
La cara de Nicholas se desformó. No creía lo que había escuchado.
“No sé cómo se enteraron, pero lo harán si no hago lo que dicen. Traté de hacerlo todo, pero no pude. Cancelaron mis tarjetas, mi cuenta. Todo. Solo si me caso con Joseph te dejarán en paz”.
Nicholas hizo una mueca al oír aquella palabra. Aun le costaba asimilar que la mujer que amaba se iba a casar con otro hombre.


Volvió a parpadear y se giró hacia Joseph al mismo tiempo que los anillos les eran entregados. No lo miró. No miró al padre. Ni al público. Estaba segura de que empezaría a llorar si lo hacia. El sacerdote continuo hablando, aunque ella no escuchaba ninguna de las palabras que el decía.

O, she used to be a pearl
Yeah, she used to rule the world
Can't believe she made a shell of herself
Cause she used to be a pearl

“Joseph Jonas, ¿acepta Usted a Miley Scheijder, para cuidarla, para protegerla, amarla…”
Miley abrió  los ojos sorprendida.  ¿Ya había llegado a esa parte?
“O, no. Perdón… antes de eso,” hubo algunas risas y ella suspiró aliviada. “Si hay alguien que se oponga a esta boda, que hable ahora o calle para siempre”.

But there’s a way out, there’s a way out
There’s a way out, there’s a way out

Un silencio enorme se hizo en el lugar mientras Miley rezaba porque un milagro ocurriese. Que Nicholas entrara y se la llevase lejos de allí.
Pero nada pasó…
El padre tomó aire para continuar hablando y Miley bajo la mirada, con la esperanzas muertas. Pero antes de que dijese algo, la puerta se abrio de par en par al mismo tiempo que Nicholas entraba corriendo al salon.
“¡Alto!” gritó.
Miley alzo la mirada al oír esa voz. Su voz. Dejó caer el ramo de flores para levarse ambas manos a la boca, ahogando un grito de emoción. Era él. Nicholas.
Los ojos se volvieron a llenar de lágrimas y esta vez si las dejó salir, pues eran de felicidad.
Ambos comenzaron a caminar hacia el otro, añorando sentir sus cuerpos chocando, sus bocas juntas…
“Si te le acercas, llamaré a la policía” exclamó su madre haciendo que Nicholas y Miley se detuvieran.
“No. No puede y no lo hará. Desde ayer soy ciudadano Alemán oficial y ya no hay nada que pueda hacer para mantenerme lejos de Miley” dijo Nicholas al mismo tiempo que sacaba unos papeles de su bolsillo trasero.
Miley lo miró sorprendida y aun más feliz que antes. Dio un paso hacia el y alargó su brazo.
“Miley, si haces esto te arrepentirás. ¿Dejaras a Joseph así? Insistió esta vez su padre.
Ella, por primera vez en meses, sonrió. Tomó la mano de Nicholas y habló.
“De echo, no me arrepentiré padre. Amo a Nicholas  y eso no puedes cambiarlo” le dijo mirándolo y luego mirando a Nicholas.
“Y tú, Joseph” dijo volviéndose hacia el.
Lo miro con toda la rabia y odio que encontró. Este tenía la cara roja y los puños cerrados.
“Cariño, eres un marica” le dijo sonriente.
Varias personas ahogaron exclamaciones y ambos padres parecían que iban a explotar.

Nicholas, ya afuera del lugar, la abrazó y la besó como si fuese la última vez. Como si nunca se fuesen a separar…



Y si hay algo que aprendí ese día, es que nunca, nunca, nunca dejes que nadie te controle ni te cambie. Cada una de nosotras es una perla y nadie tiene el derecho de encerrarnos en una almeja y decirnos que no lo somos…