viernes, 21 de junio de 2013

·.·•.ℓα ℓυиα ѕєяá иυєѕтяσ тєѕтιgσ.O.o°•

 ·.·•.ℓα ℓυиα ѕєяá иυєѕтяσ тєѕтιgσ.O.o°•



Siempre serás mi pequeña, y no lo olvides;
                                 no importa cuán lejos estés,
                                      la luna siempre será nuestro testigo.


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El auto paró al frente de mi casa. Estaba tan enojada que no me apetecía pararme y salir del auto tan rápido. Miré a Nicholas tratando de ocultar las lágrimas en mis ojos. Su mirada estaba clavada en la autopista. No quería que termináramos así, no ahora que me iba de vacaciones y no volvería a verlo en dos semanas. Lo amaba, y él lo sabía.

Sonreí de todas formas al descubrir que era imposible que rompiéramos. En cada pelea que teníamos alguno de los dos estaba a punto de decirlo, pero no lo hacía. El simple hecho de pensar que ya no sería mío me ponía los pelos de punta. Y al parecer, a el también.

Esa noche habíamos quedado en que el no me hablaría si yo no le hablaba antes. Pero yo no iba a hablarle. Porque yo no era celosa y él había hecho algo de lo que debía arrepentirse. Lo miré y no le quité la vista de encima hasta que me miró también.

Me despedí con la mano, ya antes de salir del auto, él tomó mi rostro y besó mi frente con dulzura. Quería hablarle, quería decirle que lo amaba, ya que en las vacaciones no tendría cobertura para hablar por celular, pero las palabras no salieron de mi boca.

Me bajé del auto y el no encendió el motor hasta que yo estuve dentro, y desde la ventana, lo vi alejarse lentamente.




Durante los primeros tres días Nicholas casi no se me vino a la mente. Estaba en Hawaii, disfrutando del mar y los buenos tiempos. Pero ya a medida que avanzaban los días, comenzaba a extrañarlo. Cada noche me asomaba por la ventana y miraba la luna. Esperando que él estuviera haciendo lo mismo. Cerraba los ojos y lo llamaba con mi mente, le decía que lo amaba, lo cuidaba.

Una noche no lo hice y fue cuando entré en la habitación de mi madre y la descubri con los ojos brillosos, como cuando iba a llorar. <<Que sucede>>, le pregunté, sentándome a su lado. Ella simplemente me abrazó y beso mi cabeza tantas veses que después de un rato perdí la cuenta. No entendía nada, pero sabía que algo no iba bien. Ella me pasó una hoja de papel, y mientras yo la leía, el pánico inundaba todo mi cuerpo.

La carta era de Denise, la madre de mi novio, y en ella explicaba con tristes letras, que Nick había sido parte de un accidente, y ahora se encontraba gravemente internado en la clínica. Dejé la carta a un lado para dar paso a las lágrimas, me tapé el rostro con ambas manos mientras mi madre me consoló como no hacía desde el día en que mi padre había fallecido.

En dos días más debíamos abordar el avión que nos devolvería a casa, pero yo no podía esperar ni un minuto más. Agarré toda la pata que había juntado durante el año, para comprarle una estrella en la iglesia a mi padre* y me subí al primer avión que saliera directo a mi país.

Lo primero que hice al llegar fue dirigirme al hospital. Entré corriendo y me encontré con todos los familiares de Nick a las afueras del pabellón. Las lágrimas inundaron nuevamente mi rostro al verlos a ellos llorar. Me acerqué a Denise y la abracé fuertemente. Ella me tendió una carta. <<Es de Nick, iba en camino a enviártela por correo y…>> se tapó la cara con ambas manos. No era necesario que siguiera hablando.

Tome la carta con cuidado y una lágrima manchó el delicado papel. Me senté en el suelo, apoyada en una pared, y con las manos temblorosas la abrí.

Querida pequeña;
Te envío una carta porque he prometido que no te hablaré hasta que tú me hables. Y tú sabes perfectamente que cumplo mis promesas. ¿Recuerda que… una vez prometí no dejar de amarte nunca? Pues esa también la he cumplido; te amo más que nunca y el hecho de haber peleado esa noche no ha cambia en nada mis sentimientos hacia ti. Eres celosa y a veces exagerada, pero esas son las cosas que me han hecho amarte con todo mi ser. Te extraño mucho y no puedo esperar para que vuelvas, no puedo esperar para tenerte en mis brazos de nuevo y hacerte el amor así como tanto te gusta. Sé que no te lo digo seguido, porque creo que es mucho más lindo usarlo en momentos especiales, como este; te amo.
Siempre serás mi pequeña, y no lo olvides, no importa cuán lejos estés, la luna siempre será nuestro testigo. 
                                                                                       Tu novio.





El nudo que se me hizo en la garganta al leer aquellas palabras, fue algo que jamás en la vida había sentido. Todo había sido mi culpa… si yo me hubiera resignado a hablarle y a decirle que lo amaba, el no tendría que haber escrito la carta y… y ahora mi vida no estaría hecha pedazos.

Me levanté del suelo temblorosa. Necesitaba verlo, necesitaba decirle que lo amaba, tomar su mano y besarla con cariño. Necesitaba que supiera que estaba allí para él. Antes de que pudiera entrar salió el doctor con una tabla de anotaciones. Miró a Denise y luego a todos los presentes.

Cuando negó con la cabeza cerré los ojos y supliqué a Dios.

<<Necesitaremos un milagro>> dijo entonces.  Un grito de escapó de mi garganta atrayendo la atención del todo el mundo. Me colé en la habitación mientras los doctores intentaban detenerme. Nadie fue capaz de hacerlo. Me había convertido en un animal desesperado por ver a su ser querido.

Cuando lo vi con todos esos tubos saliendo y entrando por su cuerpo mis piernas se debilitaron y caí al suelo. Sentí una mano que me apoyaba por la espalda. <<Te daremos 5 minutos>> susurró el doctor, al parecer conmocionado por mi reacción. Salió de la sala y cerró la puerta.

Me acerqué a mi bebe. Le tomé una mano y la besa con cariño. <<Tú puedes Nick, tu puedes>> Tomé su rostro con ambas manos y enterré mis labios en los suyos. Acaricie cada parte de él, y recé, recé y recé. <<Venciste una de las diabetes más mortales y peligrosas>> Volví a susurrar con orgullo. <<Saldremos de esta juntos, ya verás>> Me recosté a su lado y soñé con él. Cuando desperté sentí que una mano me acariciaba la espalda.  Me hice la dormida para que el doctor o la persona que me tocaba no me alejara de él. Pero nadie hizo nada, y la mano siguió acariciándome con cariño.

Me di la vuelta despacio y descubrí que no había nadie detrás de mí. Miré a Nick y él me sonrió con ternura mientras se inclinaba adolorido para besar mis labios. Lloraba de nuevo, pero ahora las lágrimas eran de felicidad. ¡Había despertado! Y no podía estar más agradecida. Me acurruqué en sus brazos mientras lloraba con fuerza y dejaba que se escucharan mis sollozos de felicidad.

Miré hacia el cielo, y vi la luna llena y brillante. Le di las gracias. 


                       






FIN....





2 comentarios:

  1. Oww me encanto *o* me haz hecho llorar no se el amor es tan... indescriptible y tu sabes muy bien tocar ese punto con tal delicadeza que cualquiera que lo lea se conmueve y se hecha a llorar ¡Me mega encanto!

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  2. Wooooaaaa Wooooaaa Lloreee Literalmente
    Amee muxoooo esto muxooo nii te lo imaginas eres fantástica te felicitooo
    Solo te direee WHOOOOOAAAAAAAA

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